Que Chile es un país que no respeta los derechos humanos...
Que el gobierno, legítimamente electo, ha sido pésimo...
Que la educación debe ser gratis...
Son algunas de las sentencias de Camila Vallejo, dirigente de la FECH (pese a no ser estudiante universitaria) y aspirante a política "fast track" (sin haber hecho más méritos que dinamitar el estado), hechas en sus viajes al exterior del país.
Con respecto a ello, no es de extrañar que una comunista enlode la imagen del país, ya que su doctrina es debilitar el estado para, mediante la revolución violenta de una minoría, hacerse del poder. Ya todos sabemos lo que pasa en los países dominados por el comunismo: ahí, en verdad, los derechos humanos no existen, como tampoco la religión (considerada el "opio del pueblo"), ni el derecho a la propiedad.
Pero lo que más me molesta de ésta situación, es la actitud apática de los políticos del país, quiénes aceptan éstas difamaciones gratuitas y falaces de una "joven termocéfala", que no trepida en dañar al país con tal de pavimentar su camino hacia un puesto político.
Habrá que tener mucho cuidado en adelante con la articulación de las distintas manifestaciones populares, avaladas y financiadas por el Partido Comunista con la cooperación de sus "socios" de la DC y otros partidos de La Concertación. Tal vez por ésto mismo se han desprestigiado al extremo en que se encuentran hoy.
Ojalá que la gran masa de chilenos de trabajo (la gran mayoría del país) sepa separar "la paja del grano" y no compre la "pomada" que trata de vender (una vez más) Camila Vallejo y sus delincuentes a sueldo. Habrá que estar atento a mentiras permanentes que hablan de una adhesión ciudadana de 80% o más a sus manifestaciones, tomas, incendios y cortes de calle.
Ojalá que los políticos comprendan que su principal deber es mantener un estado de derecho, en que la libertad de expresión no debe pasar por sobre la libertad de desplazamiento y el derecho a hacer una vida con normalidad del resto de la población que no apoya éstas expresiones violentas y destructivas.
Y es de esperar que Sebastián Piñera comprenda de una vez, que fue electo por una gran mayoría cansada de gobiernos corruptos y deficientes de la concertación, y se dedique a gobernar sin temor a reprimir a la minoría (menos del 3% nacional) que pretende pautear al Gobierno de todos!.
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