Ante el explosivo y descomunal aumento de la delincuencia en Chile, cabe hacer la siguiente pregunta:
¿Que nos ha pasado para involucionar desde un país cálido y amigable a una selva peligrosa, hostil y amenazante?
-Tal vez nuestros políticos se han olvidado de sus deberes...
-A lo mejor los jueces están demasiado cegados para advertir la "bronca" de quiénes, a diario, sufrimos a manos de flaites incorregibles que son tratados con guantes de seda por éstos...
-Seguramente los sicólogos nos han vendido muy bien su pomada que dice: "la represión no disminuye el delito"...
Lo cierto es que, la delincuencia y la desidia de las autoridades, están acabando con la paciencia de una población asolada por el delito y la impunidad. Toda revolución comienza cuuando la autoridad abusa de la paciencia de su pueblo.
Tal vez sea hora que la sociedad tome la justicia por su propia mano, se establezca un nuevo "contrato social" sin parlamentarios ni jueces, y comencemos a linchar a tanto flaite que anda suelto en NUESTRAS CALLES!!!!
Como en muchos países que ya están aplicando éste, primitivo pero eficiente, sistema de orden.
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